Historia: Mckenna
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1940, Hawaii.
Eran las 4 am en punto cuando me levanto de la cama, adolorida por el día anterior, queriendo descansar, pero, se que mi deber es mucho más importante, soy enfermera en la base naval de EU, me encuentro en Hawaii, en la isla de Oahu que se halla al oeste de la capital del archipiélago, Honolulu, viviendo en una pequeña casa no tan lejos del trabajo, me gradué de la universidad de california, vine parando acá por que se necesitaba gente nueva ya que no sucedía mucho por estos lados.
Este día estaba empezando a ser raro, me encuentro un par de botas al lado de mi cama, y yo se que nadie ha entrado a mi casa o eso creo yo, me espanté, ya que no dejaría a nadie entrar y menos a un hombre, son del 9, están pesados, por que son militares, los traje conmigo para preguntar en el hospital o alguien que me encuentre por ahí, llegando, me percato que arribaban los portaaviones, estaba preparada ya, por que se que llegan soldados dolidos de las expediciones, pero esta vez, no había nadie, y pregunté qué había sucedido, que se había esparcido al sur a causa de supuestos infiltrados enemigos.
Esto cada vez se vuelve extraño.
Terminó el día, y yo sentía que tenia que ir a ayudar a esos lugares porque recientemente escuche en la radio que hubo dispersión de gas que daño a varios que se encontraban no más de 100 metros, solo que mi superior me denegó el ir, y me aconsejo que siga practicando y aprendiendo por que el sabia que iban a llegar peores días, y probablemente una guerra.
Acepté que era cierto, pero lo peor del día de hoy fue que no le pregunté a nadie por los zapatos, decidí ir a casa a analizarlos, percibí que se encontraba la placa del soldado, claro es que el soldado está muerto o decidió retirarse. “Dorian Jr.” es o era el nombre del tal soldado, jamas habia escuchado de él, y su número no pertenecía a esta región, extrañada me fui a dormir pero me puse a pensar quien sería el y por que sus zapatos se encontraban en su casa.
Al día siguiente igual a las 4 am me levanto, estaban siendo las 5:06 cuando alguien toca a mi puerta y preguntan por “Dorian Jr.”, yo me quede anonadada, y me reí pensando que me estaban bromeando, le dije a la persona que me preguntaba que por que lo buscaba, me comentó que él tenía un documento importante que estaban buscando y el robo, le dije que no vivía nadie más que yo, que no lo conocía, él me dio las gracias y se retiró, sabía que tenía que cuidarme. al partir al hospital vi que unos oficiales parecidos a los que me encontré hoy en la mañana platicaban con el doctor, que es mi jefe, al acercarme un poco más, se alejaron, le pregunte al doctor que sucedía, me comentó:
-¿No tienes nada que ocultar Mckenna? estos hombres necesitan algo muy importante, aseguran que vives con alguien más.
le dije que no, que debía creerme, además no le iba a comentar sobre los zapatos, pensaría que estoy loca, decidí irme a limpiar la sala de estar y algunas camas, se escuchó una fuerte explosión que vino del mar, con un fuerte espectro que hizo que entre cerrara los ojos, se trataba de un ataque de la fuerza aérea imperial de Japón, habían lanzado un misil a un portaaviones que a lo lejos se veía partido a la mitad, quemándose, destruyéndose, en ese momento sentí un miedo frío corriendo por mi, y como si tragara tierra respiraba, voltee rápidamente a atrás de mí, yacía el doctor tirado en suelo boca abajo con toda la espalda tapizada de sangre, aparentemente muerto, me quedé completamente parada, y estática, viendo como los aviones destruyen lo de afuera, como gritaban todos, como corrían, lo peor de todo es que no había muchos soldados para defender, me temblaban las manos, sentía el aire caliente penetrar mis ojos, entonces, corrí con las enfermeras a un lugar un poco más seguro, estaban trayendo a mucha gente herida, así que me puse a ayudar. En el otro lado de Pearl Harbor se encontraba un pelotón listo para defender con lo que podían, y así fue, dieron todo lo que pudieron, dieron tiempo a que trajeran refuerzos y para que los barcos desde lejos atacaran los aviones, sentí que ya había acabado todo, pero fue el principio para la segunda guerra mundial como tal lo habían dicho el presidente, por que habían declarado la guerra a Japón.
Aún muchos no asimilamos que había sucedido, y nos quedamos todos juntos salvando a la gente que se estaba muriendo, en eso llega un soldado sin los dos pies, agonizando, vi su chaqueta con su nombre, sorprendida y alejándome de él, susurre su nombre: “Dorian Jr.”, el hombre que tanto me daba vueltas en la cabeza estaba frente a mí, tenía tantas preguntas, pero, como en la situación como estaba, obviamente había que salvarlo, en mi mente me decía si realmente era él o alguien tenía su chaqueta.
ya han pasados 2 semanas y el se esta recuperando, me acerco relajada, a preguntarle si realmente era él, lo noto algo angustiado, y extrañada lo saludo con un hola, me responde volteando a ver de reojo, no supe qué decirle, pero le dije.
-Hace varios meses unos hombres estuvieron preguntando por alguien llamado “Dorian Jr.”-
inmediatamente, el me agarra de la blusa, y me pregunta que en donde estaban sus botas, yo le dije que en mi casa, me dijo que fuéramos para allá, que en este lugar no era seguro, llegando allá, me dice que como habían llegado sus zapatos aquí, le dije que no sabia, le dio igual, lo importante es, que me empezó a decir si trabajaba para alguien mas, o si tenia algún pasado con alguna asociación japonesa o en particular, yo claramente le negué todo, le comente que era una simple enfermera, me explicó que en la suela de su zapato yacen unos documentos sumamente importantes, que él había escondido, ya que lo estaban buscando, él abrió su zapato y salió dos pequeñas hojas, con las coordenadas de una base secreta en Japón, por que ese era el lugar donde se encontraba todo su arsenal, y si atacaran ahí era su perdición total, el plan de el es ir con escuadrón y lanzar todo lo que pueda caber ahí pero temía que lo mataran antes de que alguien lo supiera, al haber perdido los pies, se hizo la idea que él necesita más ayuda, nos fuimos de ahí.
En la mañana siguiente ya no se encontraba Dorian, nadie sabia de el, me quede extrañada, pero las botas estaban en mi casa, solo las botas, quiero pensar que se fue a hacer lo que dijo, veía a lo lejos varios aviones volar, creo que es el, el hospital seguía en reconstrucción así que no había mucho que hacer, salimos temprano a comer con las demás enfermeras, y escuchamos en la radio:
“Base militar japonesa es destruida, no sabe quién fue ni qué sucedió, pero es un golpe demasiado fuerte para Japón”
Todos los que estaban presentes gritaron de emoción, les dio esperanza para acabar la guerra que tanto sonaba, esperé durante una semana para saber si volvería, pero no fue así, me quedé con la idea de que si murió, nadie supo que él fue, veía sus botas todos los días, y me dio una esperanza muy fuerte, me preocupé por alguien que apenas y conocía pero me enseñó a ser valiente.
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